Sea como fuere, disfruté mucho aprendiendo la técnica.
Me gustaba el resultado final de los trabajos que se podían realizar y la variedad de modelos que se podían obtener con tan solo cambiar el color de las telas.
Así que en cuanto tuve la ocasión me puse manos a la aguja y empecé con algo sencillito.
La primera funda que hice fue ésta...
Como me supo a poco y me quedé con ganas de más le hice otra a mi princesa para poner las suyas...
La elección de los colores no resultó difícil... tenía que ser rosa. Con mi peque la cosa anda entre rosa y lila.
Aquí las dos juntitas...
Desde entonces tengo un par de proyectos en mente que cuando empiecen a tomar forma os iré mostrando. Son proyectos de aquellos en que las musas son insistentes y no te dejan hasta que se concreta y se ponen las manos a la obra. Así que estoy en ello...
Si estás interesad@ en este producto puedes contactar conmigo.
Acepto encargos personalizados.
Recordad que siempre estaré encantada de recibir vuestros comentarios.
Gracias por acompañarme en esta aventura. Espero volver a veros pronto.
Es tan relajante el patchwork!!!! Y hay telas tan bonitas que nos llaman para que nos las llevemos para casa ;)
ResponderEliminarSaludos
Completamente de acuerdo, es una de las cosas más relajantes que hay...y sí, parece que algunas tienen imanes...
ResponderEliminarFeliz fin de semana guapa.
Un abrazo
Seguro que va alguien y te pregunta que dónde las compraste... son muy originales!
ResponderEliminarSon preciosas las dos, las combinaciones de telas que has hecho me encantan. En mi casa también todo es muy rosa y lila...jejeje, y yo encantada....
ResponderEliminarGracias...si eso pasa cuando en casa hay princesitas...
ResponderEliminarUn besito ;)